Al huir de la soledad, se pierde la oportunidad de disfrutar del aislamiento, ese sublime estado en el que es posible "evocar pensamientos", sopesar, reflexionar, crear, y en definitiva, atribuir sentido y sustancia a la comunicación. Pero entonces, al no haber paladeado su sabor, uno nunca sabrá lo que se ha perdido, la ocasión que ha dejado pasar.
No renuncies a otras opciones.
44 cartas desde el mundo líquido ,
Zygmunt Bauman
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