domingo, 23 de octubre de 2016

Este día se titula "Hoy más que nunca siento la necesidad de huir"

Odio las reuniones familiares. Las detesto. Hoy me han recordado la necesidad que tengo de huir, de irme lejos unos varios años y no ver a nadie, y cuando digo nadie me refiero a todos los que conozco y rodean mi presente y mi pasado: mi familia principalmente. Puede sonar inmaduro, que estoy lastimada por dentro y no afronto las situaciones, ¿pero y qué? Ellos también están lastimados. Creía tener una relación cercana con mis hermanos, pero no es así. Cada quien tiene sus formas extrañas de ser, se escudan en mentiras, en parejas, en estudios, se fugan a otro mundo; el hablar como las demás familias se hablan y como los demás hermanos se hablan no se nos da. ¿Cómo dice aquel libro de Tolstoi en la primera hoja, en el primer párrafo?

Mi familia es estúpida, las personas son estúpidas. Estaba yo en la cocina tratando de escudarme de todas esas personas tan extrañas como cualquier persona de esta ciudad de veinte millones. La cocina siempre ha sido un refugio en todas esas reuniones, o un lugar incómodo donde prefiero estar mientras afuera se hace un escándalo. ¿De qué hablan? ¿De qué habla la gente en la calle? "La marcha por la familia es para defender a este país, ellos (los homosexuales) quieren que se destruya la familia. Se pueden juntar, pero ¿para qué se quieren casar, para que quieren tener hijos". Tantos años de evolución, tantos discursos, tanto pensamiento, tanto para que todo culmine en tanta idiotez en este punto, en este momento de la historia, materializado en forma de mis tías, tíos, tíos abuelos, tías abuelas, hermanas de la tía abuela de mi abuela, personas cruzando la esquina, personas. Estúpido.

Mis padres hablan de los muchos logros de sus hijos y sus muchos esfuerzos en su educación, lo dicen al vecino y a los sobrinos y sobrinas, y señoras que son primas abuelas de no sé donde, ¿Por qué mis padres no me lo dicen en la cara si están orgullosos de mí? ¿Por qué jamás me han dicho te amo? ¿Por qué mi madre me echa miradas feas mientras está la reunión? Será quizá porque detesto toda esa farsa.  ¿Qué el vecino que está sentado el la esquina de la sala no nos escuchó de pequeños dar grandes gritos de auxilio y dolor al ser correteados por la casa mientras clamabamos piedad para que nuestros padres no nos golpearán? ¿Qué no lo escucho la calle entera? ¿No lo supieron esas tías, tíos, abuelas tías, abuelas primas?

Sentada en una mesa entre esa familia trato de comer, Estoy en silencio. ¿Con quién podría hablar? Una señora que realmente dice ser la madrina de mi padre me mira con ojos de can viejo, pronto a expirar "Deberías estar agradecida por tus padres" "Te felicito". Tiene razón, hay niños y niñas que no tienen, que viven en la calle, que no comen, y mucho menos pastel. Tiene razón, en muchos países, en muchas comunidades. Tiene razón, debería estar agradecida con esos padres que me miran raro, que son unos extraños a mi ojos, a los que no les puedo decir te amo porque nunca nos fue natrual, los que mermaron mi autoestima y ahora trato de arreglar juntando las partes rotas que se desmoronan cada que las toco. "Un día tú también te vas a casar". "No me quiero casar." "Ahora las modas, que hay... Enfócate en tu carrera, en tus estudios. Te felicito por tus padres."

Desde el principo rezo porque ya se acabe todo, es incómodo. Ver a mi madre haciéndose la interesante y orgullosa, echandome miradas feas. Mis hermanas ahí, no sé que decirles, de qué hablar con ellas. Prefiero estar sola, prefiero estar así hasta que acabe mi tesis, termine la universidad, y me largue de aquí. Creo que ya no me preocupa la soledad, parece una aliada ahora. Todos aplauden los discursos, rién y mi madre está ahí, esa figura que detesto, ese siempre poner atención a los demás menos a nosotros. esas miradas feas. Me han hecho fiestas así, son todo menos una fiesta para mí, no conozco a esos extraños. Son fiestas de ellos.

No quiero dar un discurso, así que he venido a escribir esto. ¿Qué diré? No me siento bien. Quizá ahora entiendo por qué me recluyo de todo. No me gusta estar con mi familia, no me gusta estar con demás extraños. ¿Traer a mi novia? No me siento bien con ella. Todo esto se traspasa a ella, mis frustraciones, mis enojos, mi forma de recluirme. Mi forma de convivir y de no convivir. Quiero huir de todo. No elegí todo esto para mí. Ahora es mi turno para huir. ¿Pero cuándo se huye en realidad se escapa uno de su pasado? ¿Me convierto en una persona nueva? Mi experiencia me dice que no. ¿Cómo escapar a todo entonces?